miércoles, 30 de septiembre de 2009

BREVE ENSAYO SOBRE EL CINE


 I´m William Blake, do you know my poetry?

  Ayer por la noche vi la película “Dead man” por décima vez. Para el que no la conozca, se trata de un atípico western escrito y dirigido por Jim Jarmusch y rodado a mediados de los 90, en riguroso B/N, estilo experimental y minimalista, con constantes fundidos a negro, escenas cortas, muchos silencios, el mismo punteo de guitarra resonando una y otra vez… estéticamente es una genialidad y narrativamente una joya.
  La protagonizan Johnny Depp y Gary Farmer, y aparecen entre otros Crispin Glover, Iggy Pop, Robert Mitchum, Billy Bob Thornton…
  La foto es de Robby Müller (“Down by law”, “Paris, Texas”, “Dancer in the dark”…) y la banda sonora es de Neil Young.
   El argumento es, en esencia, un viaje de búsqueda y un camino a la redención. La película en el fondo es una poesía (el personaje principal se llama William Blake).
  Conozco la cinta de memoria, cada plano, cada diálogo, incluso soy capaz de recitar simultáneamente los soliloquios del personaje del indio (Farmer), enunciados en un idioma extraño y casi ininteligible.
  Anoche volví a repasar el film simplemente porque me apetecía disfrutar contemplando algo bello, que me consiguiera hacer trascender la realidad y me hiciera sonreír, que me provocara esa sensación de plenitud que alcanzamos en nuestros escasos (y breves, sobre todo breves) momentos de felicidad.
  Seguro que sabéis de lo que hablo.
  No es el mejor western del mundo ni tampoco es la mejor película de la historia, pero para mí puede que lo sea, y eso vengo a defender. Los puristas se echaran las manos a la cabeza (Will…) y hablarán de Ford, Hawkes o Ray, pero creo que en el significado final del arte, y el cine, aunque se olvide la mayoría de las veces, es un arte, viene dado de un modo categórico por la subjetividad del espectador, él es quién decide qué es bueno y qué no lo es, en función de lo que le transmita y de la belleza que observe en lo que ve. Para sostener esta tesis me gustaría comparar el cine con el resto de las artes visuales.

* Un cuadro: puede ser observado durante horas y en multitud de circunstancias, sin que por ello dejemos de sorprendernos cada ocasión y seamos capaces de perdernos durante largo tiempo divagando frente a él.
* Una fotografía artística: Ídem que un cuadro.
* Una escultura. Puede ser apreciada cientos de veces fijándonos una vez en los materiales, otra en la composición, la siguiente en el mensaje, en el concepto, en… y todas y cada una de las veces es posible que nos siga entusiasmando como el primer día.
* La arquitectura: ¿No es posible plantarse frente a la torre Eiffel y pasar horas y horas contemplándola y disfrutando de una buena conversación, de la soledad y una botella de vino, de un beso…? Mantiene siempre ese carácter de perpetuidad y esa capacidad para ser siempre diferente dependiendo de la ocasión a pesar del trancurso del tiempo. Es cierto que el cine tiene varias cualidades que resultan inalcanzables para estas artes, principalmente yo hablaría del carácter narrativo y del dinamismo, del movimiento en definitiva. ¿Pero quiere decir esto que no es posible sentarse a contemplar una película durante dos horas y media igual que quién mira un cuadro u observa una catedral gótica? ¿Buscando nada más que el mero disfrute de los sentidos y de la mente? ¿Y es menos cierto que nuestra propia historia y nuestra subjetividad serán los determinantes principales de nuestra percepción acerca de aquello que estamos observando, más allá de la excelencia estética, o de la perfección narrativa?

  Obviamente estamos hablando dentro de unos límites, la obra en sí tiene que alcanzar la categoría de arte. Puede gustarte o no “Persona” de Bergman, pero es arte, pude gustarte mucho “Titanic”, pero de arte tiene lo que yo de bailarina.
  Mi libro favorito es “On the road”. Sé de sobras que no es el mejor libro que se ha escrito. He leído a Proust y a Joyce, a Mailer y Miller, a Hemingwey y a Kafka, a Céline y a Cortázar, a los griegos… pero ese es mi libro favorito. Pues bien, ¿no puede ocurrir lo mismo con el cine? Seguro que Wenders no es tan bueno como Ray ni Jarmusch tanto como Fuller, Allen es inferior a Lubitsch y los Coen no tienen nada que hacer contra Billy Wilder. Pero, ¿qué sentido tiene eso? El academicismo y la rigurosidad son los estigmas que han detenido siempre el progreso de todas las artes.

  Y cómo muestra:
* El Romanticismo y el Renacimiento fueron una maravilla, pero hasta que no pasaron varios siglos y los franceses comenzaron a soltar el trazo y los rusos a pintar formas geométricas (hasta el clímax del “cuadrado blanco sobre fondo blanco” de Malevich) la pintura no salió del letargo aburrido e hiperrealista en el que estaba metida. Y no digo que el realismo no esté bien, ojo, pero no es lo único que está bien. Si yo dibujo cuatro manchas de pintura de diferentes tamaños y colores que conceptualmente pueden tener una fuerza brutal, ¿por qué tiene que estar mal? ¿por qué no está hecho como mandan los cánones? Y una mierda.
* En Literatura hasta que no aparecieron Freud y Breton (éste sobre todo) y se pusieron a hablar de la escritura automática (los beats la aplicaron posteriormente) la gente seguía pensando que para ser escritor tenías que darle mil vueltas a cada palabra escrita, vivir encerrado en una buhardilla apolillada como Rimbaud o mutilarte el hígado como Hemingwey (qué grande). Mailer se pasó toda la vida buscando escribir la gran novela americana al estilo de Tolstoi o Dostoievski en Rusia (y no le fue mal, “los ejércitos de la noche”) y al final resulta que quizá Carver se quedó más cerca de conseguirlo gracias a sus compilaciones de relatos “Catedral” y “Short cuts”, libros en los que en una docena de historias breves trascendía el género de la novela desgranando de un modo global la realidad estadounidense del momento con la precisión de un cirujano y una clase comparable (a mi gusto) a Chéjov, el cuentista por excelencia.
* En Arquitectura por cientos de años se pensó que la magnificencia y el gigantismo eran las cualidades que más acercaban una obra la belleza. Este terreno es más complicado ya que hasta hace poco más de dos siglos toda la arquitectura artística o semi-artística estaba ligada a la religión y su mecenismo, pero ¿os imagináis las obras de Gehry hace un par de siglos? Habrían sido tratadas de aberraciones sin talento. Y así un larguísimo etcétera.

  En mi humildísima opinión, y para terminar, creo que, en el Cine en particular y en el Arte en general, existe una idea demasiado preconcebida de qué es lo que está bien y por qué está bien, una visión muy clara de cómo se tienen que hacer las cosas para que estén hechas de modo correcto, despreciando muchas de las cosas que no entran dentro de esos márgenes o que no cumplen a rajatabla algunas de las máximas; o simplemente porque ya se hizo algo mejor en el pasado. En las películas y en su modo de crearlas, como en cualquier cosa en la vida, hay que renegar de los absolutos, no hacer caso a aquel que defiende la única verdad (es su verdad, no la tuya), huir de las generalidades y de los convencionalismos que tenemos grabados a fuego simplemente porque “eso” es lo que está bien, y esto aquello otro no lo está.

  El Cine tiene encorsetado el pensamiento de que hubo grandes maestros que, en su primera época, hicieron cosas realmente fascinantes, con muchos menos medios que los actuales y en muchas ocasiones con infinito más talento. Pero eso no es la verdad absoluta, la verdad absoluta está en la subjetividad de cada uno, y esa es la grandeza del arte, porque una obra no está hecha sino para ser contemplada por alguien (en casi todos los casos), y para despertar sentimientos en ese alguien. No se entiende pintar un cuadro si no es para que lo veo nadie, aunque sea una sola persona. El artista se muere pero su obra es eterna, y esta obra está siempre a medio hacer, sin terminar, es el espectador el que, con su manera única de interpretarla le da significado y la termina por fin, la termina una y mil veces, tantas como veces la contemple, porque cada vez será diferente, y nadie, NADIE puede ponerle límites a la propia idiosincrasia de cada persona, a su manera de interpretar y disfrutar. El propio artista no puede hacerlo, no está a su alcance, y mucho menos, ni muchísimo menos, podemos hacerlo nosotros.

  Escuchad a la gente que sepa más que vosotros, leer, documentaos, estudiar… pero que NADIE nunca os quite la capacidad analítica de pensar por vosotros mismos y de formaos vuestra propia opinión, porque en nuestra manera de ser únicos está el camino hacia los escasos momentos (y breves, muy breves) de felicidad.
  © D.A.S 2009



TRAILER: http://www.youtube.com/watch?v=07xKQakj1hM
OST: http://www.youtube.com/watch?v=n6aCMgy0ES4


Recomendación musical: The Lounge Lizards - The Lounge Lizards 
http://rapidshare.com/files/77494951/thellizards.rar 
(Para mí gusto el mejor grupo de free-jazz y avantgarde de los últimos 30 años.  Otro de sus discos (el mejor) "Queen of all ears", está colgado también en el blog)

1 comentarios:

Marcos AragónDubs dijo...

Muy bueno! El cine actual está enlatado.. la mayoría.


..Acabamos de ver "el cuervo" aquí en casa, con CopinNY, Javi... pero la de Roger Corman eh? Mañana repetimos el ciclo de Tarkovski, tengo unas ganas.

Abrazo majuni!

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