miércoles, 4 de enero de 2012

LOS ELECTROCUTADOS



Una de las virtudes más elevadas que posee el arte es la capacidad de ser abstracto y experimental, impulsivo e incluso irracional, sin perder por ello un ápice de coherencia y belleza.  El arte, pese a quién pese, puede ser maravilloso aunque roce el absurdo y trascienda el entendimiento y la lógica.  A pocos, por no decir a ningún otro aspecto de la vida, le permitimos una licencia parecida, en general a las personas nos cuesta aceptar cualquier cosa que vaya más allá de nuestra comprensión y ordenación del mundo.
Bajo esta premisa resulta tremendamente tentador para los artistas caer en la banalidad y la provocación sin sentido.  La línea que separa la extravagancia bien entendida de la trasgresión más gratuita es peligrosamente delgada.  Los autores, en este caso los escritores, se encuentran frente a la tentación de tejer una historia compleja y laberíntica que funcione únicamente dentro de su cabeza y, si el público la rechaza, escudarse en la incomprensión y la falta de inteligencia de los lectores y convertirse en malditos o "de culto".  Tienen esa ventaja, sí.  Porque los lectores, al igual que los espectadores, cambiaron hace tiempo la tendencia y aquellas obras que antes serían denostadas e ignoradas en base a su escaso interés o directamente a su falta de claridad, ahora se admiran y elevan a los altares.  Nadie o casi nadie se atreve a decir que no ha captado del todo la esencia de un libro o una película echándole la culpa al autor y a su (supuesta) incapacidad para transmitir, aparenta vulgaridad.  La presunción suele jugar en este caso a favor de los artistas y desconfiamos antes de nosotros mismos que de ellos.  A veces tenemos razón.  Otras no.

Un viejo profesor universitario envía cartas a su hermana muerta hablándole de sus avances en la búsqueda de “La frase del Sistema Solar”, revelación que arrojará la respuesta definitiva sobre el futuro de la Humanidad, labor a la que ambos se consagraron desde la más tierna infancia. 
JP Zooey
El profesor se suicida y nombra a su vecino y aspirante a escritor JP Zooey albacea de sus escritos e investigador de las causas de su muerte.
Con este argumento da inicio “Los Electrocutados”.   A partir de aquí la novela comienza a diluirse en una sucesión de capítulos con tres tipologías de textos independientes: las cartas del profesor, los extractos de sus clases en la Universidad y las reflexiones de Zooey.  Todo con el fin del mundo y la oda a la electricidad como trasfondo.  Una suerte de estructura disparatada que termina resultando una experiencia confusa, agotadora y tediosa, y que provoca que la cohesión de la historia sea prácticamente nula.  El autor entremezcla el futurismo, el surrealismo y la ciencia ficción apocalíptica con una trama arquetípica (a se suicida misteriosamente y b investiga el por qué) de una manera errática, encadenando teorías humanistas absurdas de cosecha propia (el mundo nació en 1959 después de un ensayo de los Beatles), pasajes anecdóticos acerca de la vida de personajes reales (Tales de Mileto) o de ficción (Kilgore troat) y la bizarra relación entre el viejo profesor y el investigador de sus cartas, Zooey, y termina provocando un batiburrillo alucinado y enfermo que sin embargo se lee con cierto interés, gracias principalmente al empuje de la prosa y al ritmo narrativo vertiginoso logrado gracias a la variedad en el registro de cada capítulo y a lo llamativo del contenido.  Los momentos destacados, como el pasaje del Vahne y William Burroughs (“una pregunta es un gato yéndose”), o ciertos brillos de clarividencia metafísica en la representación de la locura del profesor, se ven eclipsados por una falta de orden sin ningún tipo de gracia, un caos gratuito que termina provocando que la novela sea un bicho raro, nada más notable que eso, un experimento  extraño que se observa con cierta curiosidad, pero que fracasa como conjunto y deja un sabor de boca amargo.  Amargo, sí, porque a pesar de que al final Zooey termina por hilvanar la historia con clase, volviendo sobre sus pasos y cerrando el círculo (no le negaré cierta maestría al hacerlo), lo que consigue dibujar es simplemente la línea de dicho círculo, ya que lo que deja en el interior son meros bosquejos, bocetos confusos que en ningún momento llegan a la categoría de cuadro literario, sino que se quedan en collage barroco atrevido y enmarañado, dejando la triste sensación de que el único visionario es el autor y a uno no le han dejado participar en su fiesta de la revelación, en la supuesta salvación final.   

viernes, 6 de mayo de 2011

BUKOWSKI: BORN INTO THIS




Hay un pájaro azul en mi corazón que
quiere salir
pero soy duro con él,
le digo quédate ahí dentro, no voy
a permitir que nadie
te vea.

hay un pájaro azul en mi corazón que
quiere salir
pero yo le echo whisky encima y me trago
el humo de los cigarrillos,
y las putas y los camareros
y los dependientes de ultramarinos
nunca se dan cuenta
de que está ahí dentro.

hay un pájaro azul en mi corazón que
quiere salir
pero soy duro con él,
le digo quédate ahí abajo, ¿es que quieres
hacerme un lío?
¿es que quieres
mis obras?
¿es que quieres que se hundan las ventas de mis libros
en Europa?

hay un pájaro azul en mi corazón
que quiere salir
pero soy demasiado listo, sólo le dejo salir
a veces por la noche
cuando todo el mundo duerme.
le digo ya sé que estás ahí,
no te pongas
triste.

luego lo vuelvo a introducir,
y él canta un poquito
ahí dentro, no le he dejado
morir del todo
y dormimos juntos
así
con nuestro
pacto secreto
y es tan tierno como
para hacer llorar
a un hombre, pero yo no
lloro,
¿lloras tú?

Charles Bukowski
Traducción de Rafael Díaz Borbón


Con este poema se cierra el documental "Bukowski: Born into this", un magnífico viaje por la vida y obra del autor  a través de entrevistas actuales a antiguas novias, editores, amigos (Tom Waits, Harry Dean Stanton...), imágenes de archivo y secuencias en blanco y negro rescatadas de un antiguo documental.
 Desde un punto de vista cercano y sincero, con multitud de escenas off the record y guiños a la intimidad personal del autor, el director John Dullaghan nos presenta la figura del legendario Henry Chinaski de un modo transparente y real, un hombre duro y violento, agresivo y asocial, pero también un ser humano extremadamente dotado para captar la sensibilidad de la vida a través de la literatura, un renovador del lenguaje y las formas, un outsider al que la fama, el dinero, y las mujeres le llegaron demasiado tarde. 

Gracias a las declaraciones de personas sentimentalmente muy ligadas a él (Linda Lee, su última y más duradera pareja, con la que incluso se casó, su propio editor, su primera novia...), podemos conocer más al hombre que había detrás del personaje, y este hecho, unido a una fantástica selección de sus textos superpuestos en imagen con voz en off del propio Bukowski, intercalados en los momentos claves de la película, hacen que el documental de el salto hasta el notable alto.
El mayor punto negro, en mi opinión, es la aparición del maldito Bono de U2, personaje totalmente divergente de lo que se supone simboliza Bukowski... si comparas sus palabras sobre su literatura con las que le dedica Tom Waits en sus intervenciones dan ganas de reír, o llorar, o llorar de risa.  En fin.

En conclusión, un documental recomendable para cualquiera, obligado para los amantes de la literatura, imposible perdérselo para los seguidores del amigo Henry.

Lo podéis ver online desde ese (gran) blog que es http://documaniatico.blogspot.com/





jueves, 14 de abril de 2011

RICHARD YATES



Respeto al máximo los criterios selectivos y la personalidad de la editorial Alpha Decay, conozco a algunas de las personas que la integran y sólo tengo buenas palabras, he reseñado casi todos los libros de la colección Héroes Modernos para la revista en la que colaboro y casi todos han salido (muy) bien parados, pero, finalmente, esto no será impedimento para que me lance a criticar la novela más controvertida de los últimos tiempos dentro de la literatura “underground” (entre comillas, sí).

Bien, aunque parto de la base de que todo el mundo que lea esto sabrá ya de que trata el libro, empezaré con ello.  Haley Joel Osment es un escritor newyorkino de 24 (¿) años que mantiene una relación sentimental con Dakota Fanning, de 16 (¿).  Dicha relación se basa principalmente en sus conversaciones por el chat de Gmail, mensajes SMS, llamadas telefónicas y encuentros reales.  Por este orden concreto, me aventuraría a decir.
El germen de la historia es la incapacidad de ambos para comunicarse y comprenderse, tanto con el mundo que les rodea como con y entre ellos mismos.  Son personas muy diferentes cuando teclean o hablan por teléfono respecto a cuando se relacionan de un modo directo y “real”, esto es, en persona.  Haley (yo no pongo los apellidos cada vez que nombro al personaje, el autor sí, muy transgresor) es, básicamente, un escritor con un mínimo éxito y supuesto talento que vive obsesionado por la comida orgánica, el vacío existencial, su propia infelicidad, su falta de capacidad para las relaciones sociales, su incomprensión del mundo que le rodea, sus ataques de ira nihilista con o sin sentido, sus pensamientos de autodestrucción, “su” “su” y más “su”.  Haley es un chico egoísta que sólo piensa en él, sí, un artista ególatra y amargado, de los que hay a cientos.  Buen retrato.  Punto para Tao Lin.
Dakota es una chica obesa con arrebatos bulímicos absorbida psicológicamente por la figura de su brillante “novio” y su propia ineptitud y atrapada por una situación familiar del todo asfixiante para cualquier adolescente normal, a saber: hermano chalado, madre maníaco-depresiva, padre ausente, pueblo aburrido. 
Juntos desarrollan un creciente odio hacia la humanidad en general y hacia todo lo que les rodea de un modo más cercano en concreto, concretamente ellos mismos.  Dos personas profundamente perdidas que se unen para perderse más todavía, dejándose llevar por la pereza, la desidia, el existencialismo más rancio y la metafísica más ridícula.  Metáfora relamida de la alienación de millones de adolescentes aburridos y sobresaturados de información y medios en el mundo actual, tan simple que casi da rabia, sí.
También divagan acerca de viajar a Japón como única salida posible para huir del infierno que les ha tocado vivir.  Viajar a un lugar lejano como solución a tus problemas cercanos, muy adolescente, punto para Tao Lin.
Divagan también acerca del suicidio, pero nunca llega a haber un mínimo intento serio más allá de algunos cortes leves.  Llamar la atención con la amenaza de actos extremos.  Muy adolescente también, punto para Tao Lin.  Parece que este chico conoce a la perfección todos los clichés de niñato/a repelente, insoportable y vacío/a.
Divagan sobre sus familias, ponen motes a las personas que les rodean para reducir el mundo y ordenarlo según sus parámetros, divagan, se fotografían continuamente, envían mails, roban comida y artículos para vender después en Ebay, divagan, divagan…
Y poco más.  Realmente muy poco más que contar acerca de la novela.  Los protagonistas no saben si realmente están enamorados, no saben si se quieren o no, no se entienden el uno al otro, de hecho, están a miles de kilómetros de entenderse, y esto les causa dolor, ira y frustración.  Y ya.  Hablando muy en serio, ¿de verdad esto es un amor desgarrado e imposible tal como se dice en la contraportada?   Un amor desgarrado e imposible.  Sin palabras.  Supongo que será una ironía.
No pasa nada, como se ha dicho en infinidad de lugares.  Como tampoco pasaba nada en “Azul casi transparente” o “Menos que cero”, cumbres nihilistas recientes de literatura outsider.  ¿Cuál es la diferencia entonces?  La diferencia estriba en que Murakami y Ellis tenían pulso, garra, azufre, crudeza, fuerza; atrapaban, te cogían de los huevos y no te soltaban, y no te quedaba otra que comerte la mierda que te estaban soltando y temblar y decir que sí, que tenían razón y que qué jodido estaba todo, y Tao Lin, mi querido Tao Lin, se escuda en la invención de un nuevo lenguaje, una renovación, una revolución en la forma de narrar.  Chats eternos, SMS, el ciberespacio, la edad moderna, la tecnología.  ¿Alguien se cree esto?  A mi humilde modo de ver, esto es frivolizar la literatura hasta extremos insospechados. 
Creo que el autor, de un modo descarado y cutre, terriblemente cutre, se excusa en un contenido controvertido y reconocible (generación facebook = niñatos sin ideales) para ofrecer una forma absolutamente pobre y carente de belleza e interés.  Por supuesto que existe toda una generación de jóvenes vacíos y tristes que se sienten incomprendidos y que están bajo los cantos de sirena de las nuevas tecnologías y los medios que estas ponen a su alcance para comunicarse con sus iguales, y es un buen tema sobre el que escribir, bien hasta aquí.  Pero hay algo más, si quieres contar una historia a partir de este hecho, si quieres ilustrar esta situación escribiendo un libro y llamándote escritor, debes ser capaz de dar forma a algo con sentido, con interés, algo honesto que destile verdad, y, qué demonios, que posea belleza de un modo u otro, que estamos hablando de literatura, esto es un arte señores, y el arte es belleza y misticismo, energía y sentimiento, no esto.  El arte no es ampararte bajo el hecho de que lo que estás contando es tan vacío y falto de profundidad que entonces tu historia tiene que ser contada así por imperativo moral.  Me parece demasiado fácil.  Burdo, incluso.  Profundiza más en tus protagonistas, en su circunstancia, en el mundo que tienen frente a ellos, contextualiza, abre el abanico de personajes más que a tres cameos de una madre loca, escribe con gracia maldita sea, no vendas que el hermetismo y el aura de nadería que invade tu historia son un reflejo de lo que estás contando en lugar de tu propia incapacidad para afrontar con verdadera intensidad lo que narras, porque no cuela.  Lo que creo es que esta novela la podría haber escrito su propia Dakota Fanning, una adolescente sin talento ni víscera, y a mí eso no me vale.  Aquí no hay historia, ni realismo (no lo hay más allá de cualquier evidencia terriblemente obvia, ¿o alguien dudaba de que hay millones de Haleys y Dakotas en el mundo actual?), ni arte, ni nada.  Aquí no hay nada.

Para terminar, un último apunte: la contraportada del libro es la página humorística más rematadamente divertida que he leído en mucho tiempo.  Merece la pena pasar el suplicio de leer la novela sólo por regocijarse después en la contra y en las críticas positivas que la componen.  Hilarante, lo juro.

Esta es mi opinión, respetable y criticable como todas, pero propia, nada más.

jueves, 31 de marzo de 2011

ENTREVISTA DAN FANTE



PINCHA EN LA IMAGEN O TE DISPARO



miércoles, 30 de marzo de 2011

LA INCREÍBLE HISTORIA DE MARVIN PONTIAC





Cuenta la leyenda que Marvin Pontiac fue un bluesman nacido en Detroit en 1932.  Hijo de una newyorkina judía que por lo visto estaba como una regadera y de un musulmán de apellido Touré, como los futbolistas.  En 1934, su madre entra en un sanatorio y el pequeño Marvin se va a Mali con su padre.  Allí se cría y comienza a enamorarse de la música hasta que a los 15 años regresa a los USA.  Se instala en Chicago y comienza a tocar la harmónica en la calle.  Es en esta época cuando, más leyenda todavía, nuestro hombre se pelea con el mítico harmonicista Little Walter, que por lo visto le da un repaso serio, tanto que Marvin, humillado, decide cambiar de ciudad y mudarse a Lubbock, Texas.
Poco después participó en el exitoso atraco a un banco, y, por fin, con 20 añitos, consiguió su primer éxito con el tema “I´m a doggy”, que, cosas de la vida, también fue un rompepistas en el siempre apasionante mercado musical nigeriano.  Y la historia sigue, se muda a Louisiana y allí continúa tocando en porches, clubes desvencijados, esquinas y demás escenarios de primer nivel, hasta que en 1970 dice ser abducido por marcianos y unas semanas después es detenido por circular repetidamente en pelotas montado en bicicleta.  Lo encierran en una madhouse, pero Marvin era muy hábil y se escapó, consiguiendo regresar a Detroit.  En 1977 lo arrolló un ómnibus y murió al instante.



La única grabación conocida de este genio, cambió la vida musical de, al loro, gente como Iggy Pop, David Bowie, Beck, Tom Waits, Michael Stipe… dicho por ellos mismos en varias entrevistas, me da pereza enlazarlas todas, pero he checkeado las de Waits e Iggy.
Dicha grabación es “The Legendary Marvin Pontiac Greatest Hits”. 
El disco es una obra maestra de cabo a rabo, una de las cosas más rematadamente complejas, bien producidas y mejor tocadas que uno puede encontrar.  Una locura de álbum que mezcla blues pantanoso, funky bizarro, spoken word, acid jazz, ritmos afro… una joya vamos.
Por sonar suena a yo que sé, ¿a que sabe en realidad un huevo frito?  Suena a Tom Waits, a Fela Kuti, a una tribu de africanos tocando el saxo como si fueran Coltrane mientras canta Howlin' Wolf puesto de ácido, a blues del Delta…
Las letras de las canciones son perlitas como “Soy un perrito, apesto cuando me mojo nena, soy un perrito, apesto cuando me mojo”  (“I´m a doggy”).
Sintetizando, el disco es una experiencia hipnótica y profunda, algo para escuchar de cabo a rabo dentro con toda su densidad.  A mí me suele resultar lisérgico en cierto modo, uno de estos discos que te los tragas de principio a fin y terminas pensando en dios sabe qué o viajando a quién sabe donde.  El tempo de todos los temas, bastante similar, se te mete dentro y te maneja a su aire, el corazón te palpita siguiendo la línea rítmica, mueves la cabeza como un idiota y sonríes.  Se me llena la boca...
Y aquí llega lo bueno: los músicos de estudio del álbum no son gente de la época, sino que son músicos míticos e ilustrísimos de la escena avant-garde del jazz y el blues de finales de los 70 y principios de los 80.  Lumbreras como Marc Ribot, John Medeski y Jamie Scott, entre muchos muchos otros.  Y el productor no es otro que… John Lurie, que estás en las alturas.



Obviamente el tipo que toca la guitarra, alguna vez el saxo y, sobre todo, canta en todas las canciones del álbum, el supuesto Marvin Pontiac es, en realidad, John Lurie, el bienllamado “hombre del renacimiento del siglo XX” por la escena artística de los USA y que termina resultando tan jodidamente cool que hasta casi da rabia.  Actor en “Stranger than paradise” o “Down by law”, músico tanto en solitario como con “The Lounge Lizards” (increíble banda de off-jazz y vanguardia) y compositor de bandas sonoras, pintor de los que venden caro e incluso presentador de TV en el alucinante programa “Fishing with John”, en el que el tipo pasaba a buscar en coche a algún colega a la puerta de su casa y viajaban al Caribe, a Australia o Islandia para pescar.  Sí, pescar, y hablar un poco de todo mientras navegaban en el bote y esperaban que picasen las truchas.  Por este programa pasó gente como Jarmusch, Tom Waits o Dennis Hopper, y merecería todo un post aparte.

La cosa es que el listo de Lurie se subió al carro de rescatar viejos bluseros olvidados y se pasó de vueltas, tanto que se inventó uno nuevo para dar rienda suelta a sus delirios.  Este hombre es un genio, os lo juro.
Al modo de Bowie y su Ziggy Stardust, Marvin Pontiac es el alter-ego chalado (más aún) de Lurie, y como regalo un disco inimitable, imprescindible, y maravilloso.  Oh! Sí, maravilloso.

Y aquí el disco:  The Legendary Marvin Pontiac



lunes, 28 de marzo de 2011

LOS PROVERBIOS DEL INFIERNO




En tiempos de siembra aprende, en tiempos de cosecha enseña y en el invierno goza.

Conduce tu carro y tu arado sobre los huesos de los muertos.

La senda del exceso lleva al palacio de la sabiduría.

La prudencia es una fea y rica solterona cortejada por la incapacidad.

Quien desea y no actúa engendra la plaga.

El gusano perdona al arado que lo corta.

Sumergid en el río a quien ama el agua.

El necio no ve el mismo árbol que ve el sabio.

Aquel cuyo rostro no irradia luz nunca será estrella.

La eternidad está enamorada de las creaciones del tiempo.

A la atareada abeja no le queda tiempo para la pena.

Las horas de la locura las mide el reloj, pero ningún reloj puede medir las horas de la sabiduría.

Ningún alimento sano se atrapa con red ni trampa.

En años de escasez, usa número, peso y medida.

No hay pájaro que vuele demasiado alto si lo hace con sus propias alas.

Un cuerpo muerto no venga injurias.

El acto más sublime consiste en poner a otro delante de ti.

Si el necio persistiera en sus necedades llegaría a sabio.

La necedad es el atuendo de la bellaquería, la vergüenza es el atuendo del orgullo.

Las prisiones se construyen con piedras de Ley; los burdeles con ladrillos de religión.

La altivez del pavo real es la gloria de Dios.

La lujuria del chivo es la liberalidad de Dios.

La ira del león es la sabiduría de Dios.

La desnudez de la mujer es obra de Dios.

El exceso de pena ríe; el exceso de dicha llora.

El rugir de los leones, el aullido de los lobos, el oleaje furioso del mar huracanado y la espada destructora, son porciones de la eternidad demasiado grandes para que las aprecie el ojo humano.

El zorro condena a la trampa, no a sí mismo.

El júbilo impregna; las penas engendran.

Dejad que el hombre vista la melena del león y la mujer el vellón de la oveja.

El ave un nido, la araña una tela, el hombre la amistad.

El egoísta y sonriente necio y el necio que frunce malhumorado el ceño han de considerarse sabios, y podrían ser medidos con la misma vara.

Lo que hoy está probado, en su momento era sólo algo imaginado.

La rata, el ratón, el zorro y el conejo vigilan las raíces; el león, el tigre, el caballo y el elefante vigilan los frutos.

La cisterna contiene; el manantial rebosa.

Un pensamiento llena la inmensidad.

Si estás siempre listo a expresar tu opinión, el vil te evitará.

Todo lo que es creíble, es una imagen de la verdad.

Nunca el águila malgastó tanto su tiempo como cuando se propuso aprender del cuervo.

El zorro se provee a si mismo; pero Dios provee al león. 

Piensa por la mañana, actúa a mediodía, come al anochecer y duerme por la noche.

Quien ha sufrido tus imposiciones, te conoce.

Así como el arado sigue a las palabras, Dios recompensa las plegarias.

Los tigres de la ira son más razonables que los caballos de la instrucción.

Del agua estancada espera veneno.

Nunca sabrás lo que es suficiente a menos que sepas lo que es más que suficiente.

¡Escucha los reproches de los tontos! ¡Forman un título real!
Los ojos del fuego, las narices del aire, la boca del agua las barbas de la tierra.

El débil en coraje es fuerte en astucia.

El manzano nunca pregunta al haya cómo ha de crecer, tal como el león no  interroga al caballo sobre cómo atrapar la presa.

Quien recibe agradecido da copiosas cosechas.

Si otros no hubiesen sido tontos, lo seríamos nosotros.

El alma rebosante de dulce deleite jamás será profanada.

Cuando ves un águila, ves una porción de Genio: ¡Alza la cabeza!

Tal como la oruga elige las hojas mejores para depositar en ellas sus huevos,
el sacerdote lanza sus imprecaciones  para los más  dulces goces.

Crear una florecilla es labor de siglos.

La condena estimula, la bendición relaja.

El mejor vino es el más añejo; la mejor agua, la más nueva.

¡Las plegarias no aran! ¡Los elogios no cosechan!

Las alegrías no ríen. Las tristezas no lloran.

La cabeza lo Sublime; el corazón, lo patético; los genitales, la Belleza; manos y pies la Proporción.

Como el aire al pájaro o el agua al pez, así es el desprecio para el despreciable.

El cuervo quisiera que todo fuese negro; el búho, que todo fuese blanco.

La exuberancia es belleza.

Si el león recibiese consejos del zorro, sería astuto.

El perfeccionamiento traza caminos rectos; pero los torcidos y sin perfeccionar son los caminos del Genio.

Mejor matar a un niño en su cuna que alimentar deseos que no se llevan a la práctica.

Donde no está el hombre, la naturaleza es estéril.

La verdad nunca puede decirse de modo que sea comprendida sin ser creída.

¡Suficiente! o demasiado.

miércoles, 23 de marzo de 2011

SOBRE LA FELICIDAD A ULTRANZA



En un tiempo y en un mundo en el que la prisa, la información masiva, el on-line eterno, y, en definitiva, la pérdida casi total de la propia identidad no nos dejan tiempo siquiera para plantearnos cosas tan elementales como si realmente estamos viviendo nuestra vida como  desearíamos hacerlo, en un mundo así, retomo, obras como esta suponen un auténtico regalo para cualquier persona que tenga en suerte leerla.
Como una verdadera guía para la supervivencia, el autor repasa una época de su vida bastante penosa en la que temas tan susceptibles a la frivolidad como la muerte, las relaciones familiares, el amor y el sexo, o, finalmente, la felicidad, se tratan bajo un prisma de honestidad vital a caballo entre la ironía más ácida y el humanismo más sincero, entre la desesperación más cercana y la comicidad más tierna.

Ensayo, filosofía, metafísica, novela… absolutamente indefinible, este libro es el testamento humano y revelador de un hombre que aprendió los secretos para vivir la vida, y que tuvo a bien compartirlos con el mundo.

Una de esas obras maestras que te tocan dentro, prometido.


 "Si el Woody Allen más optimista hubiera sido italiano,
habría escrito novelas como esta"
Il Corriere della Sera




jueves, 3 de febrero de 2011

THE DAY THAT MUSIC DIE




El día que murió la música hace referencia al 3 de febrero de 1959, día en que los famosísimos compositores y músicos Buddy Holly, Ritchie Valens y The Big Bopper murieron en un accidente de aviación durante la gira que estaban llevando a cabo. Su avión de cuatro plazas se estrelló en un campo de maíz en el estado de Iowa.   (fuente: Whiskypedia)


Eran la primera generación de RNR ("la clase del 55"), blancos que escuchaban música de negros, que aprendieron de ellos y tocaron con ellos, que luchaban contra el puritanismo arcaico y oxidado de la sociedad norteamericana de la posguerra, jóvenes que luchaban por incorporar a la cultura popular valores como la tolerancia entre las razas, el respeto, la libertad, el avance en todos los sentidos... con ellos nacieron las máquinas de de discos en las hamburgueserías, los cadillacs, los bailes de fin de curso, y todo aquello que representaba juventud e inocencia, recordad:

"IF YOU ARE YOUNG, YOU ARE GOLD"

Esta gente se jugaba el tipo viajando en avionetas para ir a tocar de estado en estado haciendo feliz a la gente, cualquiera que indague un poco en sus bios se dará cuenta del amor que tenían por la música en una época en la que el concepto de starsystem (que ya estaba instaladísimo en Holywood) aún no había echado sus garras del todo en la escena musical ... en fin, igualitos que las stars de ahora, viajando en jet y pidiendo 44 botellas de Taittinger en el camerino (hecho real documentado, quién quiera que no se lo crea).

 Las cosas han cambiado mucho, pero sigue habiendo Hollys y Bambas en el mundo actual, no es fácil encontrarlos, pero están por ahí, I promise.

¡Isla de las secretas fiestas del corazón!  ¿Qué isla es esta, tan negra y triste? 
Charles Baudelaire


¿Volverán las oscuras golondrinas?  
 Bécquer

¿Dónde están las nieves de antaño?   
François Vilon

¿Dónde?

   "En las palabras de los poetas y los escritores, en los cuadros de los pintores"
 William S. Burroughs

PD: modernos de Mierda: lo de Buddy es llevar las gafas de pastaza con estilo, ni lo intentéis)

Rock'n'roll never dies, yeah!

Don McLean, muy majete él, les compuso este tema, nada famoso por cierto:





domingo, 2 de enero de 2011

NO SABÉIS LO QUE ES EL AMOR (UNA TARDE CON CHARLES BUKOWSKI)



No sabéis lo que es el amor dijo Bukowski
Tengo 51 años miradme
estoy enamorado de esa piba
Piqué el anzuelo pero ella también está colgada
así que perfecto tío así debe ser
Me llevan en la sangre y no pueden echarme
lo intentan todo para apartarse de mí
pero acaban volviendo
Todas vuelven excepto
una a la que dejé plantada
Lloré por ella
pero aquellos días lloraba por todo
No me paséis un peta de esos
luego me vuelvo insoportable
Podría quedarme aquí sentado
bebiendo cerveza con vosotros toda la noche
Podría beberme diez latas de esta cerveza
y sería como agua
pero no me paséis un peta tíos
os echaré por la ventana

Tiraré a todo el mundo por la ventana
ya lo he hecho
Pero no sabéis lo que es el amor
No lo sabéis porque nunca
habéis estado enamorados así de simple
Conseguí a esta piba es maravillosa
me llama Bukowski
Dice Bukowski con esa voz suave
y yo digo Qué
No sabéis lo que es el amor
Os lo estoy diciendo
pero no me escucháis
Ninguno de vosotros lo reconocería
si subiera a esta habitación
y os diera por el culo
Siempre pensé que las lecturas de poesía son una claudicación
Mirad tengo 51 años y mucho andado
Sé que son una claudicación
pero me digo Bukowski
pasar hambre es peor que rendirse
así que vas y nada es como debería ser
Aquel tipo cómo se llama Galway Kinnel
He visto su foto en una revista
Tiene buena pinta
pero es profesor

Cristo podéis creéroslo
Resulta que vosotros también
ya os estoy insultando
No, no lo he escuchado
ni he oído nada de él
Termitas todos ellos
Puede que sea yo ya no leo mucho
pero esos tipos que se hacen
un nombre con cinco o seis libros
termitas
Bukowski dice
por qué escuchas música clásica todo el día
No sabéis cómo lo dice
Bukowski por qué escuchas música clásica todo el día
Os sorprende no
nunca pensaríais que un bruto bastardo como yo
pudiera escuchar música clásica todo el día
Brahms Rachmaninoff Bartok Telemann
Mierda no podría escribir aquí si no
Demasiado silencio demasiados árboles
Me gusta la ciudad ése es mi sitio
Pongo música clásica cada mañana
y me siento frente a la máquina de escribir
enciendo un cigarrillo como éste y lo fumo
y me digo Bukowski eres un hombre con suerte

Bukowski has pasado por todo
y ahora eres un hombre con suerte
y el humo azul flota sobre la mesa
y miro por la ventana la Avenida Delongpre
y veo a la gente subir y bajar por la acera
y echo una calada así
y dejo el cigarrillo en el cenicero
y respiro profundamente
y comienzo a escribir
Bukowski así es la vida me digo
está bien ser pobre está bien tener hemorroides
está bien enamorarse
Pero no sabéis lo que es
No sabéis lo que es estar enamorado
Si pudierais verla sabríais de lo que hablo
Pensaba que me acostaba con alguien aquí arriba
lo sabía
me dijo que lo sabía
Mierda tengo 51 años y ella 25
estamos enamorados y está celosa
Jesús es maravilloso
me dijo que me sacaría los ojos si me tiraba a alguien
aquí arriba
Eso es amor
Qué sabéis vosotros de eso
Dejadme deciros algo
He encontrado en la cárcel tipos con más estilo
que la gente que merodea por la universidad
y acude a lecturas de poesía
Sanguijuelas que van a ver
si el poeta lleva los calcetines sucios
o si le huele el sobaco
Creedme no les decepcionaré
Pero quiero que no olvidéis esto
esta noche sólo hay un poeta en esta habitación
sólo un poeta esta noche en la ciudad
puede que sólo un verdadero poeta en este país esta noche
y ése soy yo
Qué sabéis vosotros de la vida
Qué sabéis de nada
A quién de lo que estáis aquí han echado del trabajo
o le ha dejado su piba
o la ha dejado él
Me echaron de Sears and Roebuck cinco veces
Me echaban y me volvían a contratar
Fui chico de almacén cuando tenía 35
y luego me echaron por meter nenas dentro
Yo sé de que va eso estuve ahí
Tengo 51 años y estoy enamorado
Esta pibita dice
Bukowski
y yo digo Qué y ella dice
estás lleno de mierda
y yo digo tú sí que me entiendes cariño
Ella es la única en el mundo
hombre o mujer
por quién dejaría esto
Pero no sabéis lo que es el amor
Todas vuelven al final
todas ellas
excepto la que os dije
una que dejé plantada
Estuvimos siete años juntos
Bebíamos mucho
Veo un par de copistas en esta habitación pero
no veo a ningún poeta
No me sorprende
Tienes que haber estado enamorado para escribir poesía
y vosotros no sabéis lo que es estar enamorado
ése es el problema
Dadme un poco de esa mierda
Bueno no hace frío bien
está bien hace agradable
así que sigamos este circo en la calle
Ya sé lo que dije pero cataré sólo uno
Éste parece bueno
Venga vamos entonces dame éste para recuperarme
Que más tarde nadie se quede
cerca de una ventana abierta.

Por Raymond Carver
 

lunes, 27 de diciembre de 2010

GATOS

William S. Burroughs (Portada de Penguin Books para "A man within")


Los gatos maullaban tan fuerte que resultaba imposible
conciliar el sueño.
No podíamos dormir.
Aquella noche, antes de acostarnos, habíamos discutido,
por aquella época no cabía más tensión entre esas cuatro paredes.
Finalmente me levanté y fui hasta la ventana,
descorrí la cortina y miré hacia fuera.
Un grupo de gatos estaba peleando por una bolsa de basura.
Dos de ellos la tenían sujeta por la boca,
y otros tres más pequeños les maullaban coléricamente,
desafiantes, pero incapaces de atacar.
A los pocos instantes apareció otro grupo más numeroso
y se abalanzó contra los dos que tenían 
la bolsa de basura.
Los destrozaron.  Y se llevaron la bolsa.
Fue una carnicería.
Los gatos del principio
quedaron sobre la calzada absolutamente descuartizados.
El grupo de tres gatos pequeños se quedó inmóvil, mirando
como los otros se llevaban la bolsa rota derramando basura
por la comisura de sus bocas manchadas de sangre.
Apoyé la mano sobre la ventana, aturdido,
era como si me costase mantenerme en pie.
Ella se había levantado hacía tiempo (no sabía cuanto)
y estaba detrás de mí,
observando, igual que yo.
 A los pocos instantes los gatos pequeños
se marcharon y sólo quedó oscuridad
y sangre y pedazos de animal esparcidos
por el cemento.
Corrí la cortina y volvimos a la cama.
Ella abrió un libro y yo abrí una botella.
Era imposible que las cosas
se arreglasen entre nosotros.
Ahora los dos lo sabíamos.
 

            © D.A.S 2010

martes, 21 de septiembre de 2010

LIVING ON THE RIGHT SIDE




Giulietta Massina

La tristeza que se filtra por los poros de mi piel
esta madrugada es tan dura
y pesa tanto que
podría moldearla con las manos
para crear con ella una nueva tú
a tu imagen y semejanza.
Mismos ojos, mismo nombre inventado,
mismo lado de la acera al caminar
y nuevos días felices que arderán
cuando el sol y el calor vuelvan
y tu gemela de mentira
se ilumine con el brillo decadente de las miradas
de otros hombres,
las promesas de otros lugares,
la vida por delante,
y escape asustada para refugiarse
junto a ti y los millones de dobles
que cada día te invento
para engañarme a mí mismo
imaginando que no te has ido,
que sigues caminando conmigo
en el lado derecho
del mundo que un día dibujamos juntos,
devorando la vida con prisa y urgencia,
cogidos de la mano,

sin tocarnos.
            © D.A.S 2010

lunes, 20 de septiembre de 2010

BULLETS OVER BROADWAY






TÍTULO ORIGINAL   Bullets over Broadway
AÑO             1994            
DURACIÓN             99 min.               
PAÍS             USA           
DIRECTOR             Woody Allen
GUIÓN             Woody Allen & Douglas McGrath
MÚSICA             George Gershwin
FOTOGRAFÍA    Carlo Di Palma
REPARTO     John Cusack, Dianne Wiest, Chazz Palminteri, Jim Broadbent, Rob Reiner…




Deliciosa comedia de un Allen en estado de gracia (justo después de “Maridos y mujeres” y “Misterioso asesinato en Manhattan” y antes de “Poderosa Afrodita”). 
Un guión brillante que no deja de evolucionar y de girar desde prácticamente el primer minuto de metraje es el arma principal con el que Allen deslumbra y enamora, construyendo una delicada comedia de enredo y situaciones digna del mejor “viejo Hollywood”, con unos personajes absolutamente complejos que de tan perfectamente dibujados se acercan al estereotipo, una ambientación maravillosa que une de modo fantástico dos ambientes tan apasionantes y dispares como el Broadway de los años 20 y el mundo de la mafia.
La temática abarca los campos más recurrentes en la filmografía de Allen: problemas de pareja, inseguridad vital, incapacidad creativa, infidelidad… pero todo ello pasado esta vez por un filtro de agudeza, de buen humor y de vitalidad, que dejan la sonrisa en la boca de una manera más marcada que en otras de las cintas de Allen de corte melodramático (Annie Hall, Manhattan, La rosa púrpura del Cairo), gracias a que esta vez la acidez, el sarcasmo y la doble moral se cambian por la ligereza, la extravagancia y un final feliz (quizá demasiado).
En el reparto nombrar sobre todo a una Dianne West inmensa como casi siempre, bordando su papel de diva histriónica y manipuladora, y un memorable Joe Viterelli.  Palminteri está bastante bien y Cusack, protagonista y alter-ego de Woody, bastante mal.  El resto, como suele suceder en las obras de Allen, rayan a un nivel bastante alto.
En cuanto al aspecto técnico, destacar una maravillosa ambientación, con exteriores naturales en la ciudad de Nueva York, Broadway, el Upper East side… que realmente te transporta a una época que rezuma encanto.  La fotografía es excelente y el tratamiento de las luces más aún, las imágenes desprenden teatralidad.
La banda sonora es magnífica y el montaje, sin llegar a ser acelerado acompaña notablemente el frenético desarrollo de la historia.
En definitiva, una de las obras destacadas de Woody Allen, director/actor/guionista (casi nada) que, si bien, como suelen defender sus detractores, es autor de un buen puñado de obras menores (¿y cuántos hay de estos?), también lo es de otro buen puñado, seguramente más grande, de grandísimas películas y de obras maestras de la Historia del Cine (¿Y cuántos, cuántos pueden decir lo mismo?).
            © D.A.S 2009
Aquí la película:  Balas sobre Broadway


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